miércoles, 15 de abril de 2015

"¿Porqué tengo que ir al psicólogo?"

Hoy en día se ha complejizado la demanda que asiste al consultorio, y esto también resultado de la complejidad de la sociedad en la que el niño/adolescente está inmerso. No podemos pensar a un niño por fuera de su contexto familiar y social. Hablamos desde niños con fallas graves en su estructuración psíquica, hasta padres desbordados que se se encuentran incapaces de acompañar la crianza de sus hijos.
La consulta por un niño sucede en el momento que su conducta hace síntoma, es decir, interroga, perturba un orden establecido ya sea en la casa, en la escuela, en el grupo de pares. Estas formas de sufrimiento no impactan tanto como expresión de modalidades de organización psíquica sino por la frecuencia de su aparición, cada vez más temprana y que comprometen el intercambio con el otro.
  Puede servirnos de orientación el nombrar algunas conductas disfuncionales tales como: la enuresis (vuelta al  uso del pañal), la encopresis, falta de atención o de concentración, terrores nocturnos, anorexia, bulimia, apatía, aislamiento. Sin embargo, no debiéramos universalizar estas conductas, en todo caso podríamos mirar y cuestionar el caso por caso, ¿qué les sucede a estos niños contrariados, exigentes, provocadores, perturbadores que ponen a prueba el ejercicio de la parentalidad, pero también el transcurrir del proceso educativo y los vínculos de cuidado y de ayuda?
  La tendencia de hoy en día es encapsular al sujeto dentro de un criterio diagnóstico, pero dejamos de lado un criterio fundamental que es el sufrimiento, en particular el "sufrimiento psíquico". Encontramos muchas veces del lado de los adultos una alianza con el silencio no pudiendo ofrecer las palabras para una tramitación simbólica de ese padecer, frente a este panorama, nos encontramos con niños/adolescentes a la deriva, con la única alternativa de poner y exponer su cuerpo o su accionar en el lugar en que tendrían que estar las palabras.
  Por otro lado, podemos hacer referencia al ámbito de la interconsulta, aquí se hace referencia a la labor que el profesional psi encara en la asistencia con el paciente y su familia en torno a problemáticas detectadas en el ámbito de la clínica médica por el pediatra, así mismo, en el ámbito escolar, acudimos a la detección por parte de la maestra o gabinete psicopedagógico. En el caso de la interconsulta con el médico, muchas veces dependerá de la voluntad de los profesionales, siendo indiscutibles los beneficios tanto para el profesional como para el paciente.
  En relación a la consulta por un adolescente, me parece apropiado definir el término "adolescencia", esta es un pasaje obligado ubicada entre el final de la infancia y el comienzo de la madurez. Desde lo biológico, la adolescencia corresponde a la pubertad, desde lo médico es el período en el que se desarrollan los órganos genitales y se definen los caracteres del cuerpo de hombre y el cuerpo de mujer. Aquí, ya podemos vislumbrar la necesidad de un trabajo psíquico por parte del sujeto de apropiación del nuevo esquema corporal.
  Desde el punto de vista de lo sociológico, la adolescencia abarca el período de transición desde la dependencia infantil hasta la emancipación del adulto joven. Este periodo, según las culturas puede ser corto, en donde un rito de iniciación transforma un niño grande en adulto, o particularmente largo, como en nuestra sociedad donde los jóvenes conquistan su independencia tardíamente producto del alargamiento de los estudios y el desempleo masivo, factores que propician la dependencia material y afectiva con la familia.
  El adolescente es un ser que sufre, termina con la paciencia de sus mayores y al mismo tiempo se siente ahogado por ellos, sin embargo esta es una época fecunda donde se construye el pensamiento propio, se aprende a concentrar en un problema abstracto, a distinguir lo esencial de una situación y a conquistar espacios nuevos.
  En la consulta, lo que suele aparecer ante nosotros es un sujeto al que se le dificulta poner en palabras lo que siente porque justamente "no sabe bien que siente".
  En el panorama de las manifestaciones del sufrimiento adolescente, podemos nombrar tres maneras diferentes de manifestación: 
En primer lugar, ubicamos el sufrimiento moderado: Aparecen síntomas tales como la tristeza, la rebeldía, la angustia, sin embargo la adolescencia es una "neurosis sana", necesaria para volverse adulto
El segundo lugar refiere al sufrimiento inconsciente intenso , aquí ya pasamos a la puesta en acto de ese sufrimiento, asistimos con ello a la depresión, intentos de suicidio, adicciones, alcoholismo, pornografía invasiva, distanciamiento escolar, vandalismo, ciberdependencia.
Por último, nombramos perturbaciones mentales que ya dan cuenta de un sufrimiento inconsciente extremo, ubicamos principalmente a la esquizofrenia, los TOC, las fobias, la depresión, los desórdenes alimentarios crónicos y las perversiones sexuales.
  Más allá de toda esta enumeración y ubicación de síntomas, será fundamental considerar que cuando llega un niño, un adolescente a nuestro consultorio lo primero a considerar es a un sujeto con su deseo, sus miedos, sus frustraciones. Mi objetivo como terapeuta, tomando las palabras de J. D Nasio... "es que cuando me encuentro con un adolescente/niño con dificultades es que sienta que soy franca, abierta, sin artificios...que tengo ganas de comunicarme con él, que es bienvenido, que lo acepto tal como es sin juzgarlo, que estoy allí no solo porque tengo que trabajar, sino porque disfruto ejerciendo mi oficio de terapeuta. Deseo acceder a su mundo interior y experimentar en mí las emociones que siente consciente e inconscientemente. Gracias a la intensidad de nuestra comunicación verbal y no verbal tendremos ocasión de ejercer una influencia terapeutica"...

Fuentes Bibliográficas:

Farberman, Débora; "El psicólogo en el hospital pediátrico: herramientas de intervención", 1° ed, Buenos Aires, Paidos, 2010 

Nasio, Juan David; "Cómo actuar con un adolescente difícil: consejos para padres y profesionales, 1° ed, Buenos Aires, Paidos, 2011 

Untoiglich Gisela; “Patologías actuales de la infancia: bordes y desbordes en clínica y educación” Gisela Untoiglich; Luisa Wettengel; Graciela Szyber, 1° ed., Buenos Aires, Noveduc, 2009.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario